viernes, 23 de mayo de 2008

Lágrimas en formol

Capitulo 1
“El recuerdo de una mujer”

Una mujer sola sentada en la sala de espera con ropa de lino, zapatos de tacón puntilla y un bolso que combinaba con su atuendo, esa era yo; con una mirada perdida y el corazón escondido en un pasado, en un recuerdo que jamás podría olvidar.
Desde el principio o desde el final, la historia siempre va hacer la misma. Déjame contarte un pedacito de lo que fui.

Esperanza, así me llamaba antes de cualquier otra circunstancia, ginecóloga y soñadora, como una mujer independiente no contaba con la ayuda de nadie. A los 30 años conseguí mi casa, ubicada en el barrio Capri de la ciudad de Cali.
La casa era de color verde, de dos plantas y un balcón grande donde solía sentarme a relajarme después de un día pesado.
Mi cuarto era grande, las paredes de color blanco polar, la cama de estilo colonial y armario lleno de ropa, de zapatos y de carteras. Lo tenía todo, menos la felicidad realizada de ser mujer.

En las noches trataba de hacerme a la idea de que no necesitaba de nadie, hablaba con mis amigas por internet, o salía al cine. Pero tampoco conseguía estar feliz, los hombres llegaban y se iban como agua que cae al lavadero.

Mi vida no era perfecta, pero físicamente era una mujer atractiva, nada que ver a lo que soy ahora. Los momentos mas felices de mi vida serian al lado de un ser que nunca tuve cerca.

Trabajaba en una clínica nombrada y reconocida de la ciudad, Sebastián de Belalcázar en el séptimo piso. Todos los días veía veinte mujeres con diferentes preguntas y diferentes situaciones. Pero no faltaban las embarazadas, esas que no las podía ni tocar porque se quejaban, me hacían irritar, con sus lindas barriguitas y sus miedos estupidos frente a una situación normal.


Capitulo 2
“El aborto de Ana”

Trataba de ser paciente, pero Ana siempre llegaba con una ocurrencia. Un dia llego pidiéndome un favor:

-Tengo un mes de embarazo, y la verdad es imposible que tenga este niño, pues en estos momentos sería un problema para mí, por eso necesito tu ayuda.


-No, eso no es problema....respondí yo al verla tan asustada, sin embargo note una gran angustia, y me percate que lo que ella buscaba era un aborto.

-Un mes, lo cual para mi ya es mucho. Me replico Ana nuevamente esperando una respuesta que solucionara su problema.

-Yo te aconsejo que esperes un tiempo más, igual este es tu primer embarazo cierto?

-Si, pero no quiero que la persona con que estoy saliendo se de cuanta y si espero se me notaria.

-No..... Mira cuando es primer embarazo solo se te viene a notar a los siete meses mas o menos y eso... porque supongo que hasta ahora no haz tenido malestar que te delaten, cierto?


-La verdad no, hasta ahora no.

-Mira Ana te voy a ser muy franca...eso no es legal, mira hay una sola una forma para que tu aborto sea efectivo, es de riesgo, pues puede que te desangres.....Son unas pastillas llamadas SINOTEC. Estas tienen una carga de hormonas y hacen que inmediatamente se te venga el periodo y a su vez el embrión... Estas pastillas te las pondría en el cuello del útero.

-No, Esperanza quiero abortar.

-Bueno Ana veo que ya tienes una desición...Me gustaría tenerte en mi casa mañana a las 12:30 p.m. Te recuerdo no tomes nada aspirinas como dolex o pastillas similares...comprendes cierto?

-Si.

Al día siguiente estaba esperando a dicha paciente, sentía como si ese aborto fuera de mió, no comprendía el porque, pero en el fondo sentía que salvaba a ese ser de este mundo.
Eran las 12:30 p.m. hora que cite a Ana, la esperaba con todo los instrumentos quirúrgicos, pero algo no iba como yo quería, no podía llenar el tercer frasco.


Capitulo 3
“La realidad de Esperanza”

No sé cómo llegó a pasar todo esto, todo parece ser tan crudo, tan harto de dolor.
Me encontraba ahí sentada, tenía la certeza de que nadie lo sabría, pero estaba presente la ansiedad y la incertidumbre de lo que pasaba. Me levanté de la cama y sin volver a mirarla me fui a seguir mis actividades. Sin embargo, tuve que cambiarme de ropa dos veces más para poder sentir que todo había quedado atrás.

Mi alma estaba lista para seguir adelante y así lo hice.

De camino a la oficina, pare en un semáforo, la luz estaba en rojo, mientras visualizaba el horizonte de la vía la realidad se me tornaba incierta y me transporte a ese consultorio blanco, y me vi ahí sentada con las piernas abiertas, en esa camilla esperando a que me sacaran la muestra y así mismo que me explicaran el problema del por qué no podía quedar embarazada. La vida no es tan predecible como esperamos, sin embargo después de la respuesta negativa del ginecólogo mi vida se vino al piso.
Me encontraba ahí sentada sola en Palmetto, esperando a que algo pasara, algo que me diera razones de seguir viviendo, cuando vi a esa mujer, tan amada y tan especial en mi vida, era Elena mi vieja amiga de la infancia, esa amiga a la que no pude olvidar porque simplemente estaba ahí cuando la necesitaba.

Era ella, y venía hacia mí, como si supera que en ese momento me sentía sola, triste y sin ánimos de vivir. Desperté del trance cuando el idiota del carro de atrás comenzó a pitar, el semáforo había cambiado a verde y sencillamente seguí mi camino, esperando a que la vida me llevara a un lugar donde mi pesadilla no fuera tan explicita y mi realidad tan enferma.


Capitulo 4
“El reencuentro con mi pasado”

Hablamos de todo, Elena se veía muy joven y conservada, a pesar de haber pasado diez años sin vernos, aun recordaba los gestos y el cabello rojo ondulado de ella. Nos abrazamos y dejamos que el tiempo dejara de contar.
Coincidencialmente llegamos al tema de mi problema de no poder tener hijos. Ella lo lamento mucho, aun así yo no dejaba de sentir ese amargo dolor que me arrugaba en corazón. Por un momento veía que sus labios no paraban de articular las palabras y tan solo podía escuchar el palpitar de mi corazón, la emoción que llegue a sentir al verla a ella y la frustración de no poder tener hijos se me combino y al parecer lo único que sentía era un regocijo pues por lo menos estaba viva.

La invite a la mañana siguiente a almorzar en mi casa, no quería dejarla ir, era ella o nadie mas la que me podía sacar de esta depresión. Me importaba tanto la presencia de ella que le ofrecí alquilar uno de los tres cuartos desocupados que tenía, ya que ella vivía sola en un apartamento.

Íbamos juntas a todo lado, hasta su ginecóloga pase a ser. Ella confiaba mucho en mi profesionalidad.

La amistad volvió a ser como la de la niñez y una terapia sabía y profunda para mí ser.


Capitulo 5
“La duda”

Días después de haber participado en un aborto, me llamo la hermana de una paciente. Como era obvio, nadie sabía que había acontecido. La familiar se encontraba alterada pues habían encontrado a su hermana tirada en un callejón llegando a Yumbo. Rápidamente le pedí la dirección de su casa, pues se trataba de una paciente que se hizo mi amiga. Al parecer había muerto a causa de una hemorragia, la joven mujer tenía cinco meses de embarazo y el dictamen del forense informaba que no tenía ningún feto.

Ese acontecimiento marco las vidas de esa familia. La incertidumbre que ellos sentían, yo la sentía pero al contrario, la satisfacción de saber lo que había pasado me hacia sentir importante y a la vez aplacaba ese sentimiento de inferioridad que me invadía por dentro.

Aun recordaba la cara de Isabela gritando suplicando por su vida, veía en su mirada esa impotencia, la misma que sentí cuando súper que no podría cumplir mis sueños. Desde ese momento supe que haciendo lo que estaba haciendo conseguiría llenar ese vació.

Hice todo cuidadosamente, use mis guantes quirúrgicos para abrir la puerta de su casa, mientras nadie estaba ahí para ser testigo, y puse una pequeña cantidad de hormonas en el jugo que había preparado Isabela para su familia.

-Es fácil predecir las cosas cuando ellas mismas me cuentan que hacen.

Y solo espere, espere el momento indicado para esperar la llamada de ella, quejándose del pequeño sangrado que estaba teniendo. Volví a su casa, pero ahora con ganas de llevarla a la clínica para darle una buena revisión, ya que su esposo no se encontraba en la ciudad. Me desvié un poco del camino, y logre lo que quería. Esta satisfacción de tener lo que tenia en mi armario engrandecía aun mas mi ser.


Capitulo 6
“Los otros dos”

Los otros dos motivos que me impulsaban estaban guardados en mi armario. Para mi sacar y dejar vivir es importante, no me importaba matar a los dos, solo me importaba coleccionar, pues así mismo sentía que regresaba algo a mi.
Cuando me detenía a mirar el armario de noche, sentía escalofríos y parte de mí me decía que lo que hacía era brutal. Pero mi ser lo necesitaba, era como una droga, lo necesitaba para sentirme llena por dentro, era mi tesoro más negro.

Siempre trataba de tener un bajo perfil, me mostraba ante mis pacientes formal y constantemente me gustaba escuchar, esto me servía también para darme cuenta de quien sería la próxima colección.

Para escoger tenía en cuenta muchos factores, la madre tenía que tener el pelo castaño, piel blanca y que confiera en mí. Era la única forma con la que yo podía controlarla.

Las cosas se salieron de control cuando Elena, me llamo a contarme que necesitaba una cita para practicarse el control prenatal. Me cayó como baldazo de agua fría.
Sentí que la sangre me circulaba mas caliente, que mi ser bullía de ira. Pero no podía hacer nada, la cosa esa sencilla estaba o no estaba. Para mi era mas importante estar y poder sacar una tajada de aquello.

La revisión fue rápida, ella estaba bien comenzaba su embarazo con buen peso, no tenía malestar y se encontraba con dos meses gestación. Como la pareja de Elena no se encontraba en la ciudad, la invite a que se quedara unos días en mi casa, yo así podría cuidarla. Ella accedió y ese mismo día se fue para mi casa, de igual manera no vivíamos lejos.

Los momentos entre ella y yo se hicieron más íntimos, ella tenía la libertad de hacer lo que quisiera, yo cuando me encontraba en casa la atendía y nos pasamos unos meses muy bonitos. Compartíamos mucho juntas, la cuidaba y monitoreaba constantemente los latidos del corazón al feto.

Elena ya tenía cuatro meses, El novio de ella la había llamado todo el día, al parecer nada bueno, Elena cada vez colgaba llorando y se quejaba de él constantemente. Yo sentía impotencia, pues a pesar de ser mi amiga era la persona con la que yo quería estar por siempre y decidí ayudarla y ayudarme a mí.
Esa misma noche antes de irnos a dormir, le lleve una tasa de leche caliente a la cama, pero antes de llevársela le había agregado un inductor de partos, mis intenciones eran mas que claras, quería ayudarla a no llevar una carga que no era para ella. A mi criterio era mejor estar sola que mal acompañada y no respete nada.

Elena acepta la leche y se acuesta a dormir, yo me hice al lado de ella para esperar, no paso mucho tiempo cuando Elena empezó a gritar, me llamaba angustiada y repetía constantemente que la llevara a la clínica. Yo solo sonreí, y le pedí que se pusiera de pie para poderla llevar a la camilla de abajo, Elena no quiso dejarse ayudar, así que recurrí a los calmantes. Después, todo cambio, Elena coopero y así pude recibir el feto. No fue fácil, se suponía que ella tenía que pujar como un parto normal para que el saliera, pero se hizo lo que pudo.
Al tener a ese feto en mi mano, solamente pensé en meterlo en tercer frasco con formol que tenía preparado, pero no antes de mostrarle a Elena el lindo pedacito de gente su cuerpo estaba guardando.

Elena casi dormida, fatigada pero conciente solo lloraba y se preguntaba porque, susurraba -“Esperanza, porque…yo confié en ti… ¿porque?”. Yo, la cure y le hice una sopita. Elena se quedo profundamente dormida. En ese instante aproveche para coger mis cosas, mis frascos y todo lo que me involucrara y me fui.

Y ahí comenzó todo, sin imaginarme lo que se me vendría, sin embargo al parecer, este vendría siendo el final de Esperanza pero no. Después de este hecho, Elena me persiguió y aun me persigue. Las autoridades también y solo espero el momento de captura, que puedo hacer estoy loca pero aún así sigo sintiendo la satisfacción de tener estos tres frascos conmigo. Me pertenecen y nadie podrá quitármelos.

Y volviendo al comienzo, aquí me encuentro, en la sala de espera internacional, con tiquete para la ciudad de Bogota y con el camino abierto para poder seguir con mis deseos desenfrenados.

martes, 6 de mayo de 2008

LÁGRIMAS EN FORMOL

Capitulo 1
“El recuerdo de una mujer”

Una mujer sola sentada en la sala de espera con ropa de lino, zapatos de tacón puntilla y un bolso que combinaba con su atuendo, esa era yo; con una mirada perdida y el corazón escondido en un pasado, en un recuerdo que jamás podría olvidar.
Desde el principio o desde el final, la historia siempre va hacer la misma. Déjame contarte un pedacito de lo que fui.

Esperanza, así me llamaba antes de cualquier otra circunstancia, ginecóloga y soñadora, como una mujer independiente no contaba con la ayuda de nadie. A los 30 años conseguí mi casa, ubicada en el barrio Capri de la ciudad de Cali.
La casa era de color verde, de dos plantas y un balcón grande donde solía sentarme a relajarme después de un día pesado.
Mi cuarto era grande, las paredes de color blanco polar, la cama de estilo colonial y armario lleno de ropa, de zapatos y de carteras. Lo tenía todo, menos la felicidad realizada de ser mujer.

En las noches trataba de hacerme a la idea de que no necesitaba de nadie, hablaba con mis amigas por internet, o salía al cine. Pero tampoco conseguía estar feliz, los hombres llegaban y se iban como agua que cae al lavadero.

Mi vida no era perfecta, pero físicamente era una mujer atractiva, nada que ver a lo que soy ahora. Los momentos mas felices de mi vida serian al lado de un ser que nunca tuve cerca.

Trabajaba en una clínica nombrada y reconocida de la ciudad, Sebastián de Belalcázar en el séptimo piso. Todos los días veía veinte mujeres con diferentes preguntas y diferentes situaciones. Pero no faltaban las embarazadas, esas que no las podía ni tocar porque se quejaban, me hacían irritar, con sus lindas barriguitas y sus miedos estupidos frente a una situación normal.


Capitulo 2
“El aborto de Ana”

Trataba de ser paciente, pero Ana siempre llegaba con una ocurrencia. Un dia llego pidiéndome un favor:

-Tengo un mes de embarazo, y la verdad es imposible que tenga este niño, pues en estos momentos sería un problema para mí, por eso necesito tu ayuda.


-No, eso no es problema....respondí yo al verla tan asustada, sin embargo note una gran angustia, y me percate que lo que ella buscaba era un aborto.

-Un mes, lo cual para mi ya es mucho. Me replico Ana nuevamente esperando una respuesta que solucionara su problema.

-Yo te aconsejo que esperes un tiempo más, igual este es tu primer embarazo cierto?

-Si, pero no quiero que la persona con que estoy saliendo se de cuanta y si espero se me notaria.

-No..... Mira cuando es primer embarazo solo se te viene a notar a los siete meses mas o menos y eso... porque supongo que hasta ahora no haz tenido malestar que te delaten, cierto?


-La verdad no, hasta ahora no.

-Mira Ana te voy a ser muy franca...eso no es legal, mira hay una sola una forma para que tu aborto sea efectivo, es de riesgo, pues puede que te desangres.....Son unas pastillas llamadas SINOTEC. Estas tienen una carga de hormonas y hacen que inmediatamente se te venga el periodo y a su vez el embrión... Estas pastillas te las pondría en el cuello del útero.

-No, Esperanza quiero abortar.

-Bueno Ana veo que ya tienes una desición...Me gustaría tenerte en mi casa mañana a las 12:30 p.m. Te recuerdo no tomes nada aspirinas como dolex o pastillas similares...comprendes cierto?

-Si.

Al día siguiente estaba esperando a dicha paciente, sentía como si ese aborto fuera de mió, no comprendía el porque, pero en el fondo sentía que salvaba a ese ser de este mundo.
Eran las 12:30 p.m. hora que cite a Ana, la esperaba con todo los instrumentos quirúrgicos, pero algo no iba como yo quería, no podía llenar el tercer frasco.


Capitulo 3
“La realidad de Esperanza”

No sé cómo llegó a pasar todo esto, todo parece ser tan crudo, tan harto de dolor.
Me encontraba ahí sentada, tenía la certeza de que nadie lo sabría, pero estaba presente la ansiedad y la incertidumbre de lo que pasaba. Me levanté de la cama y sin volver a mirarla me fui a seguir mis actividades. Sin embargo, tuve que cambiarme de ropa dos veces más para poder sentir que todo había quedado atrás.

Mi alma estaba lista para seguir adelante y así lo hice.

De camino a la oficina, pare en un semáforo, la luz estaba en rojo, mientras visualizaba el horizonte de la vía la realidad se me tornaba incierta y me transporte a ese consultorio blanco, y me vi ahí sentada con las piernas abiertas, en esa camilla esperando a que me sacaran la muestra y así mismo que me explicaran el problema del por qué no podía quedar embarazada. La vida no es tan predecible como esperamos, sin embargo después de la respuesta negativa del ginecólogo mi vida se vino al piso.
Me encontraba ahí sentada sola en Palmetto, esperando a que algo pasara, algo que me diera razones de seguir viviendo, cuando vi a esa mujer, tan amada y tan especial en mi vida, era Elena mi vieja amiga de la infancia, esa amiga a la que no pude olvidar porque simplemente estaba ahí cuando la necesitaba.

Era ella, y venía hacia mí, como si supera que en ese momento me sentía sola, triste y sin ánimos de vivir. Desperté del trance cuando el idiota del carro de atrás comenzó a pitar, el semáforo había cambiado a verde y sencillamente seguí mi camino, esperando a que la vida me llevara a un lugar donde mi pesadilla no fuera tan explicita y mi realidad tan enferma.


Capitulo 4
“El reencuentro con mi pasado”

Hablamos de todo, Elena se veía muy joven y conservada, a pesar de haber pasado diez años sin vernos, aun recordaba los gestos y el cabello rojo ondulado de ella. Nos abrazamos y dejamos que el tiempo dejara de contar.
Coincidencialmente llegamos al tema de mi problema de no poder tener hijos. Ella lo lamento mucho, aun así yo no dejaba de sentir ese amargo dolor que me arrugaba en corazón. Por un momento veía que sus labios no paraban de articular las palabras y tan solo podía escuchar el palpitar de mi corazón, la emoción que llegue a sentir al verla a ella y la frustración de no poder tener hijos se me combino y al parecer lo único que sentía era un regocijo pues por lo menos estaba viva.

La invite a la mañana siguiente a almorzar en mi casa, no quería dejarla ir, era ella o nadie mas la que me podía sacar de esta depresión. Me importaba tanto la presencia de ella que le ofrecí alquilar uno de los tres cuartos desocupados que tenía, ya que ella vivía sola en un apartamento.

Íbamos juntas a todo lado, hasta su ginecóloga pase a ser. Ella confiaba mucho en mi profesionalidad.

La amistad volvió a ser como la de la niñez y una terapia sabía y profunda para mí ser.


Capitulo 5
“La duda”

Días después de haber participado en un aborto, me llamo la hermana de una paciente. Como era obvio, nadie sabía que había acontecido. La familiar se encontraba alterada pues habían encontrado a su hermana tirada en un callejón llegando a Yumbo. Rápidamente le pedí la dirección de su casa, pues se trataba de una paciente que se hizo mi amiga. Al parecer había muerto a causa de una hemorragia, la joven mujer tenía cinco meses de embarazo y el dictamen del forense informaba que no tenía ningún feto.

Ese acontecimiento marco las vidas de esa familia. La incertidumbre que ellos sentían, yo la sentía pero al contrario, la satisfacción de saber lo que había pasado me hacia sentir importante y a la vez aplacaba ese sentimiento de inferioridad que me invadía por dentro.

Aun recordaba la cara de Isabela gritando suplicando por su vida, veía en su mirada esa impotencia, la misma que sentí cuando súper que no podría cumplir mis sueños. Desde ese momento supe que haciendo lo que estaba haciendo conseguiría llenar ese vació.

Hice todo cuidadosamente, use mis guantes quirúrgicos para abrir la puerta de su casa, mientras nadie estaba ahí para ser testigo, y puse una pequeña cantidad de hormonas en el jugo que había preparado Isabela para su familia.

-Es fácil predecir las cosas cuando ellas mismas me cuentan que hacen.

Y solo espere, espere el momento indicado para esperar la llamada de ella, quejándose del pequeño sangrado que estaba teniendo. Volví a su casa, pero ahora con ganas de llevarla a la clínica para darle una buena revisión, ya que su esposo no se encontraba en la ciudad. Me desvié un poco del camino, y logre lo que quería. Esta satisfacción de tener lo que tenia en mi armario engrandecía aun mas mi ser.

lunes, 14 de abril de 2008

El sueño, la realidad y el final

1

Era Esperanza la que de niña soñaba en ser madre, la que jugaba con sus tasitas de plástico y su muñeca de trapo, era ella la que siempre estaba pendiente de jugar con Elena la vecina de al frente.

Años mas tarde, se convirtió en una mujer, una médica reconocida, una ginecóloga de la clínica Sebastián de Belalcázar. Aún persistía ese sueño de ser mamá, sueño que al poco tiempo de haber cumplido sus 30 años le arrebataron; La razón, útero tabicado incompleto o bicorne unícervical.
El nombre tabicado, en este contexto significa una malformación de útero, Esperanza es fértil, solo que no puede almacenar el embrión en el útero, pues tiene una membrana en toda la mitad que no permite que este crezca y se desarrolle totalmente.

2

Esta ella sentada, esperando a que reaccione, esperando a ver que podría pasar. Pero como era de esperarse nada paso, Esperanza arrincona el cuerpo de Elena y se dirige a lavarse las manos. Va en busca de las llaves del carro y solo se escucha el azotón de la puerta. En la casa de Esperanza se escucha un silencio escalofriante.
Mas allá de lo que había sucedido en esa casa, se sentía el olor lúgubre de la muerte y en sus rincones el llanto de unos inocentes.


3

Esperanza, llega al consultorio triste después de haber recibido los resultados del ginecólogo, cancela sus citas y sale en busca de aire fresco, quiere caminar y despejar su mente pues esta agobiada. Se encamina a un centro comercial y llega hasta Palmetto plaza, se sienta en una banquita y se limita a observar, cuando a lo lejos ve a una mujer que se le hace familiar.


4

Elena se sienta hablar con Esperanza, después de muchos años de lejanía terminan hablando de todo, hasta se confiesan sus miedos y éxitos. Esperanza le cuenta la desdicha que tiene en este momento de su vida y Elena trata de aliviarle el dolor.
Juntas retoman esa amistad tan estrecha, pero Elena se embaraza y Esperanza trata de ayudar a Elena y se ofrece a llevarle el control prenatal.


5

Esperanza siente que le siguen los pasos, siente que las acciones que en estos años ha comenzado hacer están llegando a ser muy explicitas y deja de realizar sus impulsos por un tiempo. Mientras tanto, Elena sigue con su embarazo y la envidia de Esperanza crece como bola de nieve. En eso Esperanza habla con Ana una paciente con la que compartió un momento crucial, y vuelve a necesitar de su ayuda.


6

Elena pierde a su bebe, y comienza la persecución, Esperanza la acompaña silenciosamente, pues sus cómplices están en la espera de que algo se desencadene.
La investigación es fortuita, pero las resultados devastadores.
Esperanza pierde a su mejor amiga, pero gana su libertad.

TiTuLoS

  • El delírio de Esperanza.
  • El secreto de Esperanza.
  • Creciendo con una ilusión.
  • Manchada de liquido amniótico.
  • El lado oscuro del amor y la obseción.

viernes, 11 de abril de 2008

Arrebato y violencia

Esperanza se encuentra en su consultorio, arreglando unas citas con su secretaria; cuando le suena el celular, ella le pide a su secretaria que se retire. Abre su celular y observa que es Ana, una paciente a la cual ella revisa regularmente, le contesta el celular.

Hola Ana.

Que tal Esperanza.

Necesito de urgencia una consulta.

Dime!

Tengo un mes de embarazo, y la verdad es imposible que tenga este niño, pues en estos momentos sería un problema para mi, por eso necesito tu ayuda.


No, eso no es problema....

Esperanza comienza a maquinar una posibilidad de obtener hijos con estos problemas, ya que ella no puede ni siquiera concebirlos y le dice a Ana que pida una cita, o mejor que se vean en la casa de ella.

La verdad eso no importa le responde Ana, lo que importa es que necesito quitarme a este estorbo, pero ya! Ojala Esperanza fuera esta misma semana.

Esperanza le pregunta a Ana cuantos meses tiene de embarazo?

-Un mes, lo cual para mi ya es mucho.

-Yo te aconsejo que esperes un rato más, igual este es tu primer embarazo cierto?

-Si, pero no quiero que la persona con que estoy saliendo se de cuanta y si espero se me notaria.

-No mujer..... Mira cuando es primer embarazo solo se te viene a notar a los siete meses mas o menos y eso... porque supongo que hasta ahora no haz tenido malestar que te delaten, cierto?


-La verdad no, no hasta ahora no, pero ¿porque no ya?

-Mira Ana te voy a ser muy franca, yo no practico abortos...eso no es legal, mira hay una sola una forma para que tu aborto sea efectivo. Y es de riesgo, pues puede que te desangres.....
Son unas pastillas llamadas SINOTEC. Estas tienen una carga de hormonas y hacen que inmediatamente se te venga el periodo y a su vez el embrión... Estas pastillas te las pondría en el cuello del útero.

-O si esperas hasta los cinco meses, podríamos fingir una apendicitis y por esa insición que te haga tal cual a la del apendicitis te pedo extraer al feto! Y así tu vida estaría segura.


-No, Esperanza quiero abortar. La verdad me parece mejor la opción de las pastillas, me parece que es más rápido, Ya tu me dirás cuando, te recuerdo que es urgente.


-Bueno Ana veo que ya tienes una desición...Me gustaría tenerte en mi casa mañana a las 12:30 p.m. Te recuerdo no tomes nada aspirinas como dolex o pastillas similares...comprendes cierto?

-Si.


Al día siguiente Esperanza se sentía muy mal, sentía como si ese aborto fuera de ella, no comprendía el porque, pero en el fondo sentía que salvaba a ese ser de este mundo. Eran las 12:30 p.m. hora que cito a Ana, la esperaba con todo los instrumentos quirúrgicos, pero algo no iba como ella quería, no podía llenar el tercer frasco.
Mientras Esperanza se encargaba de poner todo en orden, el timbre comienza a estresarla. Abre la puerta, y hace pasar a Ana.

-Ana, hola sigue... mira esto tendrá un costo de $1´000.000


-No te preocupes, lo importante es salir de este problemita.


-Esto incluye lógicamente que te de las pastillas; bueno ponte cómoda deja tu bolso por ahí... y sígueme.


-Esperanza, ojala esto quede entre las dos o mejor aún lo olvidemos.


-Claro....Tranquila.


-Siéntete cómoda...esto es muy común...aunque no entiendo...hay personas que lloran por tener hijos y otras que lloran por botarlos... Que curiosa la vida no Ana? Mientras Esperanza le preguntaba, ella se imaginaba como sería el bebe y como sería llegar a sentirlo, pero la respuesta de Ana tan inmediata la desconcentra.

-La verdad es que si, pero para mi en estos momentos seria dañarme la vida y no dejarme prosperar.


Esperanza con rabia y mucho enojo le indica donde tiene que hacerse para seguir el procedimiento,-acuéstate aquí, abre las piernas...haz de cuenta que te estoy revisando como siempre en la citología...El momento era muy tenso, basta que el cuarto no se prestaba para tal, pues no tenía la luz suficiente, y la verdad Esperanza no quería perder a uno más.


Al haber terminado con esto, Esperanza le aclara a Ana a que atenerse, ya que tienen que esperar a que sangre. Sin embargo le advierte en caso tal que presentes mucha hemorragia... ¡Me llamas! ¿Que tipo de sangre eres?


-A+


-Bueno... si tienes hemorragia se te suben los costos porque tocaría que internarte para hacerte una transfusión de sangre y así mismo me tocaría que usar contactos para que nos ayuden en esto.


Ana muy nerviosa le dice -ojala no pase nada, porque me daría mucho miedo, no que me tengan que internar sino que mi novio Fernando se diera cuenta


-Aja entiendo... pero bueno este es el riesgo que tendrías que pasar ¿no? pero tranquila que le podrías decir que se te vino el periodo antes de tiempo y que tienes miedo porque eso nunca te pasa me llamas voy a tu casa y listo...si no vaya a cualquier clínica. Tome reposo y come bien.


-Gracias Esperanza.

-Bueno Ana, cuídate cámbiate, ya puedes quitarte la bata....

El comienzo del FiNaL


No sé cómo llegó a pasar todo esto, todo parece ser tan crudo, tan atiborrado de dolos. Me encontraba ahí sentada, tenía la certeza de que nadie lo sabría, pero estaba presente la ansiedad y la incertidumbre de lo que pasaba. Me levanté de la cama y sin volver a mirarla me fui a seguir mis actividades. Sin embargo, tuve que cambiarme de ropa dos veces más para poder sentir que todo había quedado atrás.
Mi alma estaba lista para seguir adelante y así lo hice.
De camino a la oficina, pare en un semáforo, la luz estaba en rojo, mientras visualizaba el horizonte de la vía la realidad se me torno incierta y me transporte a ese consultorio blanco, y me vi ahí sentada con las piernas abiertas, en esa camilla esperando a que me sacaran la muestra y así mismo que me explicaran el problema del por qué no podía quedar embarazada. La vida no es tan predecible como esperamos, sin embargo después de la respuesta negativa del ginecólogo mi vida se vino al piso.
Me encontraba ahí sentada sola en Palmetto, esperando a que algo pasara, algo que me diera razones de seguir viviendo, cuando vi a esa mujer, tan amada y tan especial en mi vida, era Elena mi vieja amiga de la infancia, esa amiga a la que no pude olvidar porque simplemente estaba ahí cuando la necesitaba.

Era ella, y venía hacia mí, como si supera que en ese momento me sentía sola, triste y sin ánimos de vivir. Desperté del trance cuando el idiota del carro de atrás comenzó a pitar, el semáforo había cambiado a verde y sencillamente seguí mi camino, esperando a que la vida me llevara a un lugar donde mi pesadilla no fuera tan explicita y mi realidad tan enferma.

martes, 25 de marzo de 2008

Color del personaje




Esperanza tiene un color lugubre, verde amarillento; tan palido y triste demostrando lo opaca que puede llegar a ser la vida cuando se tiene una obsecion enfermisa.


Este es momento clave en la vida de Esperanza, estas imagenes retumban en su cabeza siempre, razón de su transtorno mental.